
FRASQUISTERA

La travesía comenzó desde la búsqueda de pasaje por las páginas web encargadas de vender o REvender boletos aéreos. Cotizar era requisito sine qua non para comenzar tu día, esperando que la empresa en la que laboraste diera luz verde para su compra. Cada vez que lo hacías el boleto aumentaba 400 dólares, comenzaste por $2800 y terminaste en $4800, ya en este punto tuviste que buscar otras opciones que facilitaran tu llegada a Venezuela, una de ellas, Colombia, y sí, esta fue la mejor opción, un 70% menos que la última cotización hecha para viajar directamente a Caracas.
Llegas a Cúcuta “Bienvenida Señorita, va a Venezuela verdad?”, acto seguido, pasaporte sellado con tu entrada a Colombia sin mucho problema, descuido? negligencia? o simplemente Educación. Después de 17 horas de trayecto aéreo (Guadalajara-México DF, Panamá- Cúcuta), tu familia pasa por ti para continuar con un recorrido de al menos 2 horas más en carro, para esto ya era la 1:00am, vas entrando a Venezuela, una cola (fila) de carros, aja a esa hora, asuntos fronterizos (contrabandos), me imagino. Al pasar la alcabala con los “Distinguidos” más que por su estatus, por su Rango, se encuentra una fiesta muy particular, de esas a las que te puedes desacostumbrar rapidito, siguiente alcabala, coincidir con funcionarios de las fuerzas armadas nacionales a esa hora es tan desagradable (Tienes amigos y familiares, lamentas si aludes a alguno de ellos), y más cuando te dicen “y esa maleta”?, si esa fue la más cordial y calurosa Bienvenida (y eso que ciertamente estabas entrando por la Ciudad de la Cordialidad- San Cristóbal), posterior al cateo de Maletas (léase búsqueda de droga frustrada por cacahuates tipo chile extremo), emites un comentario nefasto pero no por eso irreal “Por eso me fui”.
Ya llegas a tu Casa (la de tu hermana), y es como una burbuja, no ves ni piensas en nada de lo que ocurre afuera, hasta que escuchas decir “Llegó papel toilet a los Chinos, hay que ir a buscar antes que se acabe”.
Y allí comienza una especia de Trastorno obsesivo-compulsivo por comprar ese enser.
Por allá en el 2013.
POR ESO ME FUÍ
La Burocracia, esa que promueve las relaciones más impersonales, limitadas por papeles, horarios, impuestos y hasta muchas veces por el estado de ánimo del funcionario, esa misma te hace regresar a tu país, después de un año de haber salido, en medio de ella, logras compartir con lo más valioso que tienes, Tú familia (al menos con una parte de ella).
Saliste hace más de un año, aprovechando una oportunidad, encontrada en un “antro” mexicano, que a diferencia del o los “novios” que salen de esos escenarios, esto si te ha sido de provecho.