FRASQUISTERA
COHERENCIA

La dinámica en la que actualmente está envuelta Venezuela, te hace despreciarla y amarla al mismo tiempo. Por un lado te quejas, con justa razón, de la situación que afecta a todos , a niveles que siempre dijimos “No vale, no creo que eso pase”, pensamos, sentimos y decimos que el país es un (a) ______________ -Usted coloque el adjetivo descalificativo que mejor le salga del “Corazón”-, y luego deseamos con el mismo “Corazón” que la tierra de Bolívar sea una tierra prospera, maravillosa, llena de oportunidades, y es que nos volvieron o nos dejamos volver contradictorios.
Por un lado pedimos a la Divinidad, no quiero ponerle nombre, que nos ayude a salir adelante, que en sus manos ponemos cada elección popular, pero ese domingo desde la pereza de hacer la fila para votar hasta la desconfianza en el rector electoral (también con justa razón) no nos permite ver y hacer más allá que colorear el meñique con tinta azul/morada –nunca se identificar el color real-. Entonces, me pregunto ¿Desconfianza? ¿Desánimo? ¿Dónde queda la fe? Base de toda espiritualidad.
Deseamos que la Divinidad baje y se postre en todo el territorio nacional “cubriéndolo con su manto bendito”, llenando de amor cada rincón del país, pero nosotros andamos emitiendo improperios en contra de todo lo que se nos atraviese en el camino de manera directa o indirecta.
Por un lado queremos inculcar a las generaciones futuras, tratando aquí de aminorar los daños a los que fuimos sometidos quienes pertenecemos a la generación que ahora está en Liceo, Universidades o intentando ingresar al campo laboral, valores, principios, modos de actuar apegados a una sana convivencia- difícil tarea por cierto- pero por otro, nos escuchan decir “Este País _________________ -use el mismo u otro adjetivo descalificativo- que no sirve para nada” “Esa gente afecta al gobierno que son ______________" -seguramente el adjetivo es peor-, y así seguimos contradiciéndonos.
Reconozco que este enfoque está impregnado de un tinte espiritual (que no es lo mismo que religioso), pero es que en definitiva si no apelamos a lo bueno que tenemos dentro de sí- CREÁNLO- jamás saldremos de esta situación. Podrá venir el mismo Mahatma Gandhi, y si nos queremos poner más ambiciosos, el mismo Jesús, Buda o Krishna a liderarnos, pero nosotros seguimos fomentando “La Viveza Pendeja”, hablo en plural, porqué aunque yo no sea y conozca a un montón que tampoco lo son, el asunto a resolver, nos compete a todos.
Entonces mi consejo es: Seamos Coherentes con lo que pensamos, decimos y hacemos, no importa si el de al lado no lo hace del mismo modo.